El brutal asesinato del activista MAGA Charlie Kirk ha sacudido al país. A poco más de una semana del hecho, es evidente que esta tragedia marca un punto de quiebre en la política estadounidense de las últimas décadas. Sin embargo, lo más alarmante no es el atroz acto en sí, sino cómo está siendo instrumentalizado por líderes políticos, figuras mediáticas y multimillonarios para acelerar y ahondar una grieta política, manifestada en un auge histórico de la polarización y los discursos de odio.


