Se acabó la travesía del desierto. Tras apabullar en todas y cada una de las grandes citas electorales del martes, de un extremo a otro del país y por amplios márgenes, el Partido Demócrata ha dado por concluido su largo luto tras la derrota en las presidenciales, y recupera votantes entre comunidades que le dieron la espalda hace un año. Ahora comienza a preparar la próxima cita en las urnas, las elecciones de medio mandato que decidirán el control del Congreso, con un sentimiento ausente desde noviembre de 2024: el entusiasmo.


