El Comando Sur de Estados Unidos anunció un nuevo ataque dirigido contra una embarcación que presuntamente transportaba drogas en el mar Caribe. En la lancha viajaban tres tripulantes que resultaron muertos tras la operación ejecutada el sábado 15 de noviembre.
“Los servicios de inteligencia confirmaron que el buque se dedicaba al contrabando ilícito de estupefacientes y transitaba por una ruta conocida de narcotráfico y transportaba estupefacientes”, comunicó el grupo militar en una publicación difundida en la red social X.
On Nov. 15, at the direction of Secretary of War Pete Hegseth, Joint Task Force Southern Spear conducted a lethal kinetic strike on a vessel operated by a Designated Terrorist Organization. Intelligence confirmed that the vessel was involved in illicit narcotics smuggling,… pic.twitter.com/iM1PhIsroj
— U.S. Southern Command (@Southcom) November 16, 2025
El ataque se realizó bajo órdenes directas del secretario de Defensa, Pete Hegseth. La misión forma parte de la Operación Lanza del Sur, una campaña militar en la región caribeña y el océano Pacífico anunciada en septiembre de 2025 bajo directiva del presidente Donald Trump para mitigar las acciones de grupos delictivos vinculados con el narcotráfico.
Con este nuevo ataque, Estados Unidos ha destruido más de 20 embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, y al menos 70 personas han muerto durante estas intervenciones, situación que ha sido señalada por el gobierno venezolano como ejecuciones extrajudiciales.
La operación se llevó a cabo un día después de que Estados Unidos anunciara que el portaviones USS Gerald Ford, el mayor de la flota estadounidense, se ubica en el mar Caribe como parte de los esfuerzos para “combatir el narcoterrorismo en defensa del territorio estadounidense”.
Una ofensiva en expansión
Bajo el argumento de combatir el narcotráfico, la administración Trump ha escalado su estrategia al declarar un “conflicto armado directo” contra los carteles latinoamericanos, que ahora cataloga como organizaciones terroristas.
Los ataques comenzaron en agosto, con despliegues cerca de Venezuela, y se han extendido al océano Pacífico, involucrando también a Colombia.
Entre los sobrevivientes hay un mexicano, un colombiano y un ecuatoriano, según confirmaron los gobiernos de esos países. Algunos permanecen hospitalizados o fueron repatriados para ser juzgados, mientras que las identidades de la mayoría de las víctimas no han sido reveladas oficialmente.
Críticas y denuncias internacionales
Los gobiernos de Venezuela y Colombia han calificado los ataques como “asesinatos” y “ejecuciones extrajudiciales”, mientras que ONG como Amnistía Internacional y Provea cuestionan la legalidad de estas acciones, alegando que violan el derecho internacional.
Provea advirtió que el uso indiscriminado de la fuerza letal podría constituir crímenes de guerra, dada la falta de pruebas que vinculen a las embarcaciones atacadas con el tráfico de drogas.
Trump, por su parte, ha defendido la ofensiva asegurando que busca “salvar vidas estadounidenses” y que las lanchas destruidas transportaban suficientes drogas como para “matar a 25 mil personas por sobredosis”.
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