El tercer jueves de noviembre, la Unesco celebra el Día Mundial de la Filosofía como una reivindicación de la forma en que está disciplina ha contribuido en el despertar de la humanidad. En cada cultura, en todos los tiempos, una de las cosas que define la esencia del pensamiento y la consciencia es la capacidad no solo de percibir al mundo, sino de observar, escrutar, y preguntarse cuestiones que trascienden lo físico.
La tecnología, la ciencia, la religión incluso nacen de la pregunta primigenia que aún resuena en cada alma que decide aventurarse en la incertidumbre perpetua del “¿por qué?”. Así, la pregunta va atravesando generaciones y civilizaciones hasta los tiempos actuales, donde el prefijo “pos” domina todo: posverdad, poshumanismo, posmodernidad. Pero aún con ese intento de creer que vivimos en las postrimerías de la sociedad, quedan personas, sobre todo jóvenes enamorados del ideal de alcanzar la sabiduría.
Juan Bonadies es uno de esos jóvenes. Tiene 23 años de edad y es comunicador social, además de profesor asistente en la Universidad Monteávila, misma casa de estudios de la que egresó. Ha escrito múltiples artículos y ensayos, además ha elaborado videos en los que, entre otros temas, explora su realidad partiendo de una formación filosófica que sigue construyendo. Junto a Arian Villaverde, Abel Graterol y Jorge Ruiz, es copresentador del podcast Filosofando sin Filtros.
Este proyecto de divulgación disponible Spotify y YouTube, cuando ya con 70 episodios, en los que incluyen además documentales y videoensayos, y que aborda desde las inquietudes antropológicas y sociológicas del ser venezolano, hasta el trasfondo de los fenómenos de Internet y la cultura pop. Se suma a todo un movimiento juvenil que en los últimos años ha intentado usar la filosofía y las redes sociales como válvula de escape para entenderse a sí mismos, al país y al planeta.
Despertar filosófico
En entrevista para El Diario, Bonadies señaló que su “despertar filosófico”, como lo denomina, surgió en la universidad, donde vio diferentes materias relacionadas a la filosofía, ética y sociología, que lo invitaron no solo a desarrollar una sólida base humanista, sino también a aprender a ver las cosas desde otra perspectiva. Señala que jamás había tenido una formación de ese tipo en el bachillerato, por lo que actualmente considera contrario al principio mismo de la educación de “guiar hacia afuera”, es decir, de aprender a externalizar el pensamiento crítico en lugar de la mera retención de conocimientos ajenos.
“Hay varias cosas que me hicieron despertar el interés en ese camino. Primero, encontrarme con que hay una disciplina que trata un montón de preguntas que yo ya me había hecho, que hay un montón de autores que se las hacen desde hace siglos, y que esos tipos que ya se preguntaban esas cosas hace 2 mil años siguen muy vigentes. Entonces eso me pareció muy bello, el despertar. Además, lo intelectual tiene que ver con un contacto con la belleza, y creo que encontré belleza en muchas de las cuestiones que abordábamos en esas clases”, contó.
Afirma que a través de una sucesión de experiencias, conversaciones y personas fue avivando esa pasión por buscar la belleza, y tomó un nuevo valor para él el significado de la filosofía como “amor por la sabiduría”. “Es muy platónico, porque Platón plantea que ese amor es el ‘amor eros’, que significa el deseo de lo que no se posee. Entonces, deseas la sabiduría, no la posees y vas en busca de ella. Pero te das cuenta que por las limitantes de la condición humana, nunca la vas a obtener totalmente”, comentó.
Diálogo accesible
Bonadies consideró que uno de los mayores prejuicios que la filosofía posee actualmente, producto de las mismas carencias del sistema educativo, ha sido verla como “algo elevado, inalcanzable”. También su abordaje como un cúmulo de conocimientos densos y llenos de terminologías complejas, referencias a otros libros o autores, así como redacciones que lejos de enamorar, repelen a muchas personas que ven esta disciplina como “una cuestión abstracta e incomprensible”.
A su juicio, la filosofía debe ser accesible para cualquiera, ya que debe venir de la acción de filosofar más allá de los textos y los filósofos. Es decir, que ese contacto con la belleza y el misterio debe surgir de un ejercicio interior de reflexión sobre cada cosa que se explora, y sobre todo, del diálogo y el intercambio de ideas que emerge de una conversación o debate. De hecho, señala que el concepto del proyecto Filosofando Sin Filtro vino justamente de divagar con sus amigos en sus horas libres.
“Filosofía sin Filtros no comenzó con el primer episodio de nuestro podcast, sino en los pasillos de la universidad y en esos momentos en que comíamos. Esta cuestión de hacerse las preguntas junto con los demás es sumamente cotidiano y se puede extender a las conversaciones de bares o en las reuniones con amigos, y de eso se trata. Luego, si uno quiere leer, pues hay muchos autores que son de una prosa y de una claridad muy amable para cualquier tipo de público y no tienes que recurrir a tratados de cientos o miles de páginas con conceptos infumables”, acotó.
Ruidos comunicativos
Precisamente ese ejercicio dialéctico que se hace al filosofar ha calado en las redes sociales, donde los algoritmos permiten a cada usuario conectar con comunidades que compartan sus mismos intereses. Con esto, no solo se puede expandir la mente descubriendo nuevos mundos en el otro, aprendiendo sobre ideas más allá de la filosofía occidental, pero además convirtiendo en aprendizaje estos encuentros, bien sean directos conversando con un invitado en un podcast o en un foro, o más indirectamente al ver el trabajo de otro creador de contenido.
Sin embargo, como todas las interacciones que definen la cotidianidad en Internet, a veces estos encuentros pueden volverse conflictivos por los ruidos que hay en la comunicación digital actual. “Uno puede encontrarse con personas que dialogan y que tienen una apertura cordial y respetuosa en la escucha de lo que el otro tiene que decir, ¿no? Y entonces eso lo contrastas con tus ideas y ahí pueden enriquecerse mutuamente. Pero hay gente también que aborda ese diálogo como un encontronazo que de origen surge como una discusión estéril, es decir, que no va a llevar a nada porque las dos partes están indispuestas a dejarse persuadir por el otro”, comentó.
Agregó que si bien es importante tener ideas sólidas y argumentos, cerrarse al diálogo o sentirse atacado cuando se cuestiona una idea con la que se siente identificado es contrario a la esencia de la filosofía de amar platónicamente la sabiduría y buscar nuevas verdades. “Cuando lo ves como un ataque personal no se está filosofando, no se tiene una filosofía sino que se tiene una ideología, que es distinto, y que es a mi juicio más peligroso y en muchos casos lo que está erosionando a las democracias en el mundo”, acotó.
Filosofar en Venezuela
El comunicador y docente indicó que Filosofando Sin Filtros ha expandido recientemente su proyecto con una serie de microdocumentales llamada Filosofar en Venezuela, en la que entrevistan en cada episodio a un filósofo venezolano. Su objetivo, aspiran, es ir formando un gran “archivo del pensamiento filosófico y de la actividad filosófica en esta época de nuestro país”.
“Nuestra propuesta pretende bajar la filosofía de ese pedestal de abstracción incomprensible y llevarla hacia lo cotidiano. Hacerle entender, sobre todo a la juventud de nuestro país, que el filosofar es algo bello, que se puede hacer entre risas con amigos y en conjunto y que no implica esa dificultad gigante o esa gran distancia que se cree que se tiene. La podemos poner en la tierra para que nos acompañe en nuestro día a día”, destacó.
Aseguró que el contenido sobre filosofía ha tenido una buena acogida en países como Argentina, México y España, por lo que buscan conectar de la misma forma en Venezuela. De igual forma, así como actualmente existen varios proyectos de divulgación sobre historia que han emergido en los últimos años, propone hacer lo propio en el campo filosófico.
“Creo que hay que extender más la filosofía venezolana. Recomiendo leer los libros de uno de mis maestros, que es Rafael Tomás Caldera, filósofo venezolano, que tiene una prosa muy amable, accesible para todo el mundo y que incluso ha escrito libros que van dirigidos a la juventud”, aconsejó.
Círculos superpuestos
En esa misma línea, al igual que Filosofando Sin Filtro, existen muchos otros proyectos que, a su manera, se han convertido en foros abiertos para intercambiar ideas de todo tipo. Un ejemplo de ello es La Mesa de Arriba, que realiza encuentros virtuales y presenciales en Caracas y varias ciudades españolas para compartir lecturas y discutirlas. Un formato parecido maneja Caracas Crítica,que a vez funge como espacio de divulgación filosófica en su blog y en redes sociales.
Igualmente, Bonadies destaca dos revistas digitales que han irrumpido recientemente como Vórtice e Idearium Caribe, las cuales además de hablar de filosofía y fenómenos contemporáneos, también se han dedicado al estudio de la venezolanidad. “Son dos medios independientes que además tienen una producción intelectual bastante única y particular, o sea propuestas muy originales dentro del panorama intelectual venezolano y yo diría hispanoamericano en general, son muy muy interesantes”, añadió.
Igualmente, destacó eventos como los “Cafés filosóficos” que se realizan periódicamente en el Museo del Libro Venezolano, en Caracas. También el trabajo se realiza desde centros como el Instituto de Investigación en Humanidades de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), que combina la experiencia y juventud de sus profesores con una producción académica y editorial que consideró “vale la pena echarle un ojo”. Incluso, fuera de los círculos formales, indicó que incluso existen en redes sociales cuentas especializadas en memes sobre filosofía que recomienda seguir, como el usuario de Instagram @nois3punk.
“La filosofía en mí fue una invitación a ver la realidad de una manera más honda y con una atención cordial, que implica una pausa, una contemplación para reparar en la realidad de las cosas que me rodean y de las personas con las que me vinculo y con las que me relaciono. Eso implica preguntarse desde las cuestiones más metafísicas sobre el sentido de la vida o la existencia de Dios, hasta lo más cotidiano sobre nuestros problemas venezolanos”, reflexionó Bonadies.
La entrada Despertar filosófico: el llamado que atienden grupos de jóvenes para pensar dialogando se publicó primero en El Diario 🇻🇪 Venezuela – elDiario.com.
