Durante más de cuatro décadas, el general Óscar Naranjo ha sido una de las voces más autorizadas para comprender la anatomía de la violencia en América Latina. Su trayectoria es, en sí misma, un mapa de la transformación y de las limitaciones de los Estados frente al crimen organizado: fue protagonista de la caída de los grandes carteles colombianos de los años noventa; dirigió los servicios de inteligencia en los momentos de mayor amenaza para su país, impulsó reformas policiales que profesionalizaron la investigación criminal y participó, como vicepresidente, en la construcción de los acuerdos de paz que marcaron un punto de inflexión en la historia reciente de Colombia. Esa combinación de experiencia operativa, visión estratégica y capacidad política lo convirtió en un referente hemisférico, consultado por gobiernos, organismos internacionales y centros académicos que buscan entender por qué, pese a los esfuerzos acumulados, América Latina sigue siendo la región más violenta del mundo.
