Cuando César Baena se convirtió en el primer esquiador de fondo suramericano en competir en una Copa del Mundo de esta disciplina marcó un hito en el deporte venezolano. Algo similar ocurrió con el récord Guinnes que consiguió en 2012 al completar el viaje más largo en esquís de rodillos, desde Suecia hasta Noruega. El atleta recuerda que en esa época tuvo muy poco apoyo institucional y de otros atletas. Sin embargo, considera que fue una experiencia enriquecedora.
El atleta está de cara a su retiro como profesional y afronta una nueva faceta como entrenador. Actualmente, prepara al esquiador venezolano Nicolás Claveau, un joven radicado en Canadá que está optando por un cupo para los Juegos Olímpicos de Invierno Milán-Cortina 2026.
César intentó sin éxito clasificarse en distintas ocasiones para los Juegos de Invierno, en Sochi 2014 fue designado como capitán de la delegación y acompañó al esquiador Antonio Pardo en la cita olímpica.
“Yo quiero ser para Nicolás lo que yo nunca tuve: un mentor, un tutor o una persona que lo apoye como entrenador. Nunca tuve uno, sino esporádicamente, y serlo para él es para mí el mayor honor, que me supere y que supere todo mi potencial es el mayor honor”, expresó César Baena en una entrevista para El Diario.
Nicolás Claveau no solo es esquiador, además estudia Ingeniería y trabaja para poder cubrir sus gastos. César y él tienen un itinerario muy específico y ajustado para que pueda cumplir con todas sus responsabilidades.
Enfocarse en su nueva faceta
A César lo invitó recientemente la Federación Italiana de Esquí a una carrera en Roma. Él lleva 18 años como competidor en esquí de rueda y esquí de nieve y en ese periodo cultivó una serie de relaciones profesionales en el mundo del deporte de invierno.

“Vine para acá a hacer mi retiro porque es la última carrera que pienso hacer para poder enfocarme de cara a lo que va a ser mi nueva etapa como entrenador, específicamente con Nicolás que está en camino a los juegos de Milán-Cortina”, dijo.
Antes de asumir este nuevo rol, él fundó con varios deportistas la Asociación Venezolana de Esquí, con el objetivo de poder brindar apoyo legal y logístico a los venezolanos que practican este deporte. Esta experiencia, junto con las actividades que hizo durante varios congresos a los que asistió en Suecia invitado por la Federación Internacional de Esquí, lo ayudaron a adentrarse en otros roles en lo que puede aportar al desarrollo del deporte.
“Ellos me invitaron a campamentos de desarrollo del Comité Paralímpico Sueco y participé cuatro años consecutivos como capacitador. Eso fue muy bueno porque no solamente estuve enseñando a chicos ciegos a esquiar, sino que también a esquiadores sentados, que son personas que usan silla de ruedas, pero cuando van en la nieve lo hacen sobre una silla y con los bastones”, relató el esquiador.
Él sabía del caso de Nicolás Claveau, un esquiador nacido en Venezuela, pero que tenía muchos años viviendo en Canadá y ese país lo había federado. Se comunicó con él en 2024 y allí empezaron el proceso para que representara oficialmente a Venezuela.
“Iniciamos un proceso para que Canadá liberara su licencia, nosotros metimos su carta de aceptación y sacamos el proceso de adquisición por parte de Venezuela. Él podía hacerlo porque nació en Venezuela y tenía su nacionalidad, pero se lo llevaron a Canadá de niño porque sus padres son canadienses, pero él quiere representar a Venezuela porque es su país y quiere sentir ese sentimiento tan bonito de llevar los colores de nuestra bandera”, agregó.
Un talento joven con gran potencial
Baena explicó que con su pupilo ha hecho especialmente un trabajo desde el punto de vista emocional y motivacional, porque considera que desde lo deportivo ya cuenta con un gran potencial.
“Se han analizado sus resultados y tiene el potencial de ser el campeón de Suramérica, o sea, que no solamente sería una clasificación de Venezuela para los Juegos Olímpicos, sino que el chamo podría superar a los representantes de Brasil, Argentina y Chile porque tiene mucho talento y nosotros estamos ahí para apoyarlo”, dijo.
Baena ha tenido la oportunidad de esquiar en algunas de las pistas en las que su pupilo deberá competir para clasificación e incluso para la cita olímpica si logra el cupo. “Lo puedo aconsejar sobre las bajadas y subidas, así como en dónde poner más energía”.

Baena tiene su fe puesta en Nicolás para que la bandera de Venezuela vuelva a estar presente en unos Juegos Olímpicos de invierno. Confesó que es un momento que ha visualizado y que lo llena de esperanza.
“Lo pienso mucho, especialmente porque no pudimos ir con Corea del Sur 2018 ni en Beijing 2022, pero sé que va a pasar esta vez. Nicolás es para nosotros un milagro y una bendición especialmente ahora que venimos de situaciones en el deporte que nos dejaron mal sabor de boca, como que la Vinotinto no clasificó al Mundial. Si él lo logra el 28 de noviembre, sería lo que nosotros los venezolanos estamos necesitando”, añadió.
Piden mayor interés desde Venezuela
César Baena explicó que uno de los principales desafíos logísticos que se ha presentado en el proceso de la clasificación de Nicolás es la falta de interés desde las autoridades en Venezuela.
“Venezuela todavía no nos cree, lamentablemente no sé si nos toman en serio, porque nos dan excusas como que en este momento están en ciclos de macroeventos, pero la realidad es que Nicolás está muy cerca de la clasificación y de darle una alegría al país”, indicó.
Extendió una invitación al ministro de Deporte, Franklin Carrillo, a revisar el caso de Nicolás y su proceso de clasificación de los Juegos Olímpicos de Invierno para determinar qué apoyo se le puede dar desde el Estado.
“Nicolás es un solo atleta y somos solo tres personas en la delegación, no somos un equipo de básquet, por lo que es bastante sencillo nuestro planteamiento. Creo que nos juega en contra mucho el desconocimiento de este deporte por ser una disciplina poco practicada para los venezolanos”, agregó.
También invitó al Comité Olímpico Venezolano para que brinde ese respaldo al joven atleta en sus próximas competencias. Baena explicó que antes de los Juegos de Invierno se celebrarán tres mundiales de esquí y con las estadísticas que lleva Nicolás podría clasificarse en el primero de ellos sin problema.
Un trabajo psicológico para potenciar lo deportivo
En su rol de entrenador, Baena ha intentado fortalecer la parte psicológica con su atleta. Comentó que Nicolás ha sentido muchas dudas sobre su potencial y la competencia que enfrenta en el ámbito suramericano.
“El peso que lleva Nicolás es más en la parte psicológica, él venía con muchas dudas sobre todo por sus contrincantes de la región. Le pedí que se olvide de eso porque sus puntajes y sus posibilidades son superiores”, expresó.
Explicó que la edad de Nicolás es un factor que influye en su confianza, pues en los últimos años ha pasado por muchos procesos de transición, como el de empezar a cursar una carrera universitaria.
“Él tiene mucho peso académico y además trabaja para cubrir los gastos de los entrenamientos y las competencias, lo que me parece injusto para un un atleta de su nivel y eso es algo que el Comité Olímpico Venezolano debería tomar en cuenta, que puedan apoyarlo a él directamente para enfocarse en el deporte”, señaló Baena.
Atleta y entrenador se han organizado para determinar qué días de clases puede “tomar libres” para entrenar y competir. Para el mes de noviembre, por ejemplo, deberá viajar a Suecia el 19 para competir el 21 de ese mes en un sprint corto y luego tomar una semana de entrenamiento para la carrera de clasificación el 28 de noviembre.
“Lamentablemente no puede tomar más tiempo, más allá de que yo pueda ir a Canadá a apoyarlos algunos días, él no se puede mover por la universidad, porque está sumamente comprometido con su carrera”, explicó.

Legado e inspiración
Baena confesó que siente nostalgia al hablar sobre su retiro, pero que espera que su trabajo de entrenador lo ayude a inspirar a jóvenes atletas venezolanos.
Considera importante prestarle atención a los niños y niñas que forman parte de la diáspora venezolana y que, a pesar de estar en otras latitudes, aún sueñan con representar a su país.
“Vienen muchísimos eventos deportivos de invierno y nosotros nos podemos enfocar en buscar esa nueva generación de deportistas para que puedan irse desarrollando. Yo tengo 18 años en esto y sé cuál es el perfil de atleta que se necesita para representar a Venezuela en el esquí”, detalló.
Señaló que para poder llegar a esos atletas es necesario apoyarse en países con sistemas bien estructurados en el desarrollo del deporte. Herramientas como clínicas deportivas son clave para captar esos nuevos talentos en etapas formativas.
Pero insiste en que la disposición de los entes del Estado venezolano para apoyar a los atletas es fundamental. Añadió que se debe promover una cultura de respaldo al deporte nacional como motivación para la nueva generación de deportistas que vayan a representar el tricolor nacional.
La entrada De Baena a Claveau: Venezuela persigue el sueño de volver a los Juegos Olímpicos de Invierno se publicó primero en El Diario.
