A menos de un mes de comenzar las operaciones en Deportation Depot, el nuevo centro de detención de inmigrantes montado en una antigua prisión de hombres en el condado Baker, al norte de Florida, han comenzado a surgir denuncias sobre las pésimas condiciones y tratos en el sitio, muy similares a las que se reportaron en Alligator Alcatraz, la infame cárcel levantada con carpas al oeste de Miami. Detenidos en Deportation Depot (Estación de Deportaciones, como le bautizó el gobernador del Estado, el republicano Ron DeSantis) se han quejado de acceso limitado a atención médica, incluyendo emergencias, comida mala y escasa, falta de agua potable, y que no tienen privacidad para hablar con sus abogados, según testimonios recogidos por la red jurídica Sanctuary of the South (SOS).

