La inteligencia artificial (IA) se está integrando cada vez más en las áreas profesionales de la salud mental, impulsada por la disponibilidad de herramientas y tecnologías innovadoras.
Esta tendencia, sin embargo, plantea cuestionamientos complejos sobre el tratamiento en salud mental. Varios expertos plantean la necesidad de analizar si la IA tiene el potencial de sustituir a los profesionales o si, en cambio, debe ser vista como una herramienta complementaria. Por ello, es fundamental sopesar tanto los beneficios como los riesgos asociados a esta práctica.
¿Por qué motivos las personas usan la IA como herramienta de terapia?

La IA emerge como una solución atractiva debido a que se puede acceder a ella de forma gratuita desde los celulares o una computadora. Además, ofrece inmediatez y disponibilidad constante, lo que responde a una demanda social en aumento.
Ante este escenario, la Federación Venezolana de Psicólogos difundió un artículo realizado por The New York Times el 21 de marzo de 2025, en el que se señala que organizaciones como la Asociación Americana de Psicología (APA) han expresado su preocupación por los riesgos de confiar en máquinas para el cuidado de la psique humana.
La alarma de los profesionales se debe a casos como el de un adolescente que se suicidó tras interactuar con un asistente conversacional.
“A diferencia de un terapeuta humano, que está entrenado para cuestionar y desafiar los pensamientos negativos o peligrosos de sus pacientes, los asistentes conversacionales tienden a reforzar las creencias de los usuarios, incluso cuando estas son perjudiciales”, se puede leer en el artículo disponible en su página web.
La APA solicitó a la Comisión Federal de Comercio (FTC) que inicie una investigación sobre los asistentes conversacionales que crean “personajes” que se hacen pasar por profesionales de la salud mental, con el objetivo de establecer regulaciones que protejan al público.
Herramienta complementaria

Algunos expertos sostienen que la IA tiene el potencial de ser una herramienta valiosa en la terapia debido a que argumentan que los asistentes conversacionales podrían ayudar a ampliar el acceso a la atención de salud mental donde los recursos y profesionales “no dan abasto”.
Estudios han encontrado que los asistentes conversacionales pueden obtener mejores resultados que los terapeutas humanos en ciertos aspectos de la terapia, como la empatía y la competencia cultural, y que muchos jóvenes prefieren dirigirse a estos asistentes por la garantía a no sentirse juzgados, por razones económicas y la inmediatez de la respuesta. Sin embargo, los expertos coinciden en que la IA aún necesita supervisión humana para ser utilizada de manera segura y efectiva.
Pero por otra parte los expertos consideran preocupante la tendencia de la IA a estar de acuerdo con los usuarios, al validar “sus sentimientos e ideas aunque esto no sea lo más recomendable en un espacio terapéutico real”.
“Esta característica puede llevar a los asistentes conversacionales a reforzar pensamientos negativos o peligrosos, en lugar de ayudar a los usuarios a superarlos”, se lee en el artículo difundido por el gremio venezolano.
Por ahora, el futuro de la IA en la terapia es incierto. Mientras algunos abogan por una regulación estricta para proteger a los usuarios, otros defienden la necesidad de fomentar la innovación en este campo. Lo que está claro es que la IA es valorada, por ahora, como una herramienta complementaria, y que es necesario encontrar un equilibrio entre sus beneficios y sus riesgos.
La entrada El uso de la inteligencia artificial en la salud mental: beneficios y riesgos se publicó primero en El Diario.

