Recientemente, la figura de Larry José Zea Guillén, exdirector general de la Imprenta Nacional de Venezuela y exdirector general del Ministerio del Poder Popular para la Juventud, ha vuelto a estar en el ojo del huracán debido a acusaciones en redes sociales. Un comentario en la red social X, publicado el 30 de noviembre de 2024 por el usuario @pedr0estrada, lo señala junto a Ysmael José Rodríguez Suárez y Suhail Fonseca por haber establecido una empresa fachada en Miami llamada «Cargo Élite», presuntamente para cometer delitos como lavado de dinero, estafa y robo.
Esta nueva polémica se suma a la ya convulsionada historia de Cargo Élite, una empresa de logística y transporte que operaba entre Estados Unidos y Venezuela. Entre finales de 2023 y comienzos de 2024, cientos de clientes de la compañía se vieron afectados por el cierre repentino de sus oficinas en Estados Unidos y la retención de sus mercancías en la aduana venezolana.
El colapso de Cargo Élite y la crisis de sus clientes
La empresa, que ofrecía servicios de envío de carga comercial y paquetería, dejó a sus clientes en la incertidumbre al cerrar sus puertas sin previo aviso ni explicación alguna. Las oficinas de Cargo Élite en Orlando, Tampa, Miami, Atlanta y España (Madrid y Barcelona) fueron clausuradas, dejando a los usuarios sin respuestas y con la imposibilidad de rastrear sus envíos.
En Venezuela, la situación no era mucho mejor. Las oficinas de Caracas y Valencia también cerraron sus puertas, y solo la sede en Maracay, estado Aragua, permaneció operativa, atendiendo al público una vez por semana.
Los clientes, desesperados por la falta de información y la posibilidad de perder sus pertenencias, comenzaron a organizarse en redes sociales para denunciar la situación y exigir respuestas. A través de estos medios, se publicaron imágenes de Ysmael Rodríguez, dueño legal de Cargo Élite en Estados Unidos, y de Suhail Fonseca, gerente general de la compañía, señalándolos como responsables de la situación.
Las denuncias contra Cargo Élite no se limitaban a la falta de entrega de las mercancías. Algunos exempleados de la empresa también se sumaron a las quejas, denunciando adeudos y una gestión deficiente. Además, se descubrió que la empresa había proporcionado a sus clientes números de contenedores inexistentes, lo que complicaba aún más el rastreo de las pertenencias.
Relaciones turbulentas y acusaciones de corrupción
En el centro de la polémica, surgieron dos nombres: Larry José Zea Guillén e Ysmael Rodríguez. Según informes periodísticos, una disputa entre ambos socios habría sido el detonante de la debacle de Cargo Élite. Zea Guillén, quien además de sus cargos públicos en Venezuela, posee un historial de acusaciones de corrupción, habría utilizado sus influencias en las altas esferas aduaneras del país para retener la carga enviada por Rodríguez desde Estados Unidos. Esta acción, aparentemente motivada por una deuda pendiente de Rodríguez hacia Zea Guillén, habría sido la causa de la retención de las mercancías en la aduana venezolana y la posterior crisis de la empresa.
Suhail Fonseca, gerente general de Cargo Élite, también fue señalada en las denuncias. Se le acusó de ser la mano derecha de Rodríguez y de haberlo ayudado en el supuesto fraude en perjuicio de Zea Guillén.
A pesar de las denuncias y la presión mediática, la empresa no ofreció soluciones claras ni un final a la vista para la crisis. Sus escasos comunicados se limitaban a disculparse por los inconvenientes causados, sin asumir responsabilidades ni proponer medidas concretas para la devolución de la carga o el reembolso del dinero a los afectados.
El caso de Cargo Élite dejó en evidencia la vulnerabilidad de los clientes que confían en empresas de envíos internacionales, especialmente cuando se trata de envíos a países con sistemas aduaneros complejos y con un alto índice de corrupción.
La reciente publicación en redes sociales que vincula a Zea Guillén, Rodríguez y Fonseca con delitos de lavado de dinero, estafa y robo, reaviva la polémica y pone en tela de juicio la naturaleza de las operaciones de Cargo Élite. Este nuevo señalamiento aumenta las sospechas sobre la extinta empresa y sus responsables.