Europa afronta esta semana una intensa ola de calor que golpea a varios países con temperaturas que, en algunos casos, superan los 40 grados, y que ha obligado a activar alertas sanitarias y meteorológicas, así como planes especiales para mitigar sus efectos.
En el Reino Unido, la Oficina de Meteorología (MET) informó que el país entra en su cuarta ola de calor del verano, con temperaturas que superarán los 30 grados, especialmente en Inglaterra y Gales, debido a una corriente de aire caliente procedente del sur.
Para el martes se prevén máximas de hasta 33 grados en algunas zonas. Aunque se esperan cielos mayormente despejados, existe riesgo de tormentas eléctricas aisladas y lluvias. La Agencia de Seguridad Sanitaria británica emitió una alerta sanitaria amarilla para la mayor parte de Inglaterra, que insta a los servicios de salud a vigilar especialmente a los grupos más vulnerables.
En Francia, la canícula que llegó desde España el pasado viernes ha llevado a Météo France a declarar alerta roja por calor en 12 departamentos del suroeste, incluido Burdeos, donde se esperan temperaturas de hasta 42 grados. Otros 41 departamentos, básicamente al sur del río Loira, permanecen en alerta naranja.
El calor se prolongará al menos hasta el fin de semana y ha obligado a ciudades como Marsella a ampliar horarios de parques y abrir gratuitamente el acceso a piscinas municipales. El episodio coincide con el recuerdo del grave incendio que la semana pasada arrasó más de 16.000 hectáreas en Aude, donde los bomberos permanecen en vigilancia.
En París, con temperaturas más moderadas —32 grados el lunes y hasta 36 entre martes y miércoles—, muchos aprovechan para bañarse en el Sena o buscar espacios con aire acondicionado, mientras crece la preocupación ciudadana por la repetición de estos fenómenos extremos.
Más estragos por el calor en Europa
En Rumania, las autoridades han emitido una alerta para las próximas 24 horas ante la previsión de máximas de hasta 41 grados en regiones del suroeste como Mehedinți y Dolj, con noches tropicales en las que el termómetro no bajará de los 23 grados. En Bucarest, se esperan máximas de 37 grados.
A la alerta de calor, de nivel rojo o naranja según la zona, se suma otra por fuertes vientos en el sureste del país. El riesgo de incendios es elevado, y los bomberos han pedido extremar precauciones tras intervenir el fin de semana en más de 500 siniestros que quemaron 1.500 hectáreas.
Albania también enfrenta temperaturas de hasta 41 grados y trece incendios activos en el centro y sur del país. El Ministerio de Defensa ha informado que al menos dos casas ardieron en la región de Finiq.
En Portugal, el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera mantiene a doce de los 18 distritos en aviso naranja por calor, con máximas previstas de 43 grados en Beja y Évora. Lisboa alcanzará los 39 grados, mientras que las zonas más frescas, en el norte, no superarán los 30. El estado de alerta por riesgo de incendios sigue vigente en todo el país.
La situación meteorológica de esta semana refleja un patrón común: temperaturas extremas, noches tropicales y un alto riesgo de incendios forestales en gran parte del continente.
Las autoridades de los países afectados insisten en las recomendaciones básicas para la población: evitar la exposición prolongada al sol, hidratarse adecuadamente, consumir alimentos frescos y extremar las precauciones para prevenir fuegos. Mientras tanto, el calor no da tregua y la previsión apunta a que este episodio se prolongará varios días más.
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