La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe sobre la “insuficiencia” de los nuevos medicamentos y tratamientos de diagnóstico capaces de combatir la amenaza de las bacterias resistentes.
De acuerdo con el análisis del ente sanitario mundial, publicado el 2 de octubre, los fármacos existentes no logran frenar la propagación de las infecciones bacterianas farmacorresistentes, debido a un fenómeno que denominan como resistencia a los antimicrobianos.
Los hallazgos de la OMS se sustentan en dos estudios científicos que examinaron los antibióticos, los diagnósticos de laboratorio en distintas etapas de desarrollo y la identificación de las bacterias prioritarias incluidas en la lista de patógenos bacterianos prioritarios.
La OMS describió que el problema de los nuevos agentes antibacterianos (medicamentos que atacan a las bacterias) enfrenta una “doble crisis”: el número de fármacos en desarrollo es bajo y la mayoría de los que se están probando no son realmente novedosos.
Además, en el informe resaltaron que esto se suma a deficiencias persistentes en las pruebas para identificar las bacterias más peligrosas (patógenos prioritarios) que requieren tratamiento urgente.

Cifras del informe de la OMS
El análisis indicó una reducción en la investigación de nuevos tratamientos, ya que actualmente solo 90 agentes antibacterianos se encuentran en la fase de pruebas clínicas mientras que en el año 2023 la cifra fue de 97.
En ese sentido, el informe distinguió entre tratamientos tradicionales (antibióticos clásicos) y enfoques no tradicionales (como los bacteriófagos, que son virus que matan bacterias) para señalar que de los 90 tratamientos, apenas 15 son considerados realmente “innovadores”.
De estos 15, solo 5 de los antibacterianos en desarrollo han demostrado ser efectivos contra las bacterias clasificadas como críticas por la OMS, es decir, aquellas que suponen el riesgo más alto para la salud pública.
Un riesgo adicional, que mencionó la OMS, es la resistencia cruzada para diez de los tratamientos más nuevos, por lo que el ente no tiene suficiente respaldo científico para descartar que la resistencia a un antibiótico no anule la efectividad de otro similar.

La investigación también señaló que sigue existiendo la necesidad de diseñar fármacos enfocados para niños, tratamientos orales para ser usados fuera de los entornos hospitalarios y soluciones para abordar la resistencia antimicrobiana creciente, como las estrategias de combinación con agentes no tradicionales.
Fragilidad de los estudios sobre la resistencia antimicrobiana
La OMS indicó que, en la fase de investigación de laboratorio que precede a las pruebas en humanos, se está trabajando actualmente en 232 programas. No obstante, el 90 % de las compañías que llevan adelante estos análisis son pequeñas empresas con menos de 50 empleados, lo que consideran expone la fragilidad del sistema global de investigación y desarrollo de medicamentos.
Debido a esto, el ente instó a los desarrolladores a publicar sus datos sobre la actividad antibacteriana como una forma de atraer inversiones y acelerar la innovación de los fármacos que ataquen la resistencia antimicrobiana.
En el apartado sobre las herramientas de diagnóstico de laboratorio, el informe de la OMS también identificó brechas críticas en los países de ingresos medios y bajos para acceder a los tratamientos disponibles comercialmente o en desarrollo para patógenos bacterianos prioritarios.

Concretamente, la OMS señaló estas fallas:
– Ausencia de pruebas rápidas que detecten múltiples bacterias a la vez (multiplex) para identificar infecciones graves.
– Acceso insuficiente a biomarcadores, que son las sustancias en la sangre que ayudan a distinguir rápidamente si la infección es causada por una bacteria o por un virus.
– Herramientas limitadas en centros de atención primaria y hospitales pequeños.
“Sin una mayor inversión en I+D, junto con esfuerzos específicos para garantizar que los productos nuevos y existentes lleguen a las personas que más los necesitan, las infecciones farmacorresistentes seguirán propagándose”, afirmó la subdirectora general de la OMS para Sistemas de Salud, Yukiko Nakatani, en el informe.
Como una medida de prevención, la organización solicitó a los Estados invertir en la disponibilidad de pruebas de diagnóstico más asequibles y sencillas, que puedan analizar varios tipos de muestras, en la población, con el objetivo de reducir la propagación de bacterias resistentes a los tratamientos disponibles.
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