A finales de 2021 en Skopje, la capital normacedonia, el banco Eurostandard Bank, propiedad de dos fondos de Lugano, ciudad en el cantón italohablante de Ticino en Suiza, se declaró en bancarrota. La quiebra dejó a casi 140.000 clientes en la ruina.
De aquel terremoto financiero, tan lejano e inadvertido para los venezolanos, surgieron inesperadas pistas de negociados con Pdvsa, la estatal petrolera que el régimen autodenominado bolivariano ha usado como una cash cow a la que ordeñó hasta dejarla seca, según publica Valentina Lares, Maja Jovanovska y Saska Cvetkovska en Armando.info.
Una auditoría independiente que la firma eslovena R.U.R Consulting realizó para analizar las causas de la quiebra del banco, publicada en abril de 2022, destacó que el Eurostandard Bank se condenó a sí mismo con su participación en un “plan ilegal de préstamos” en el que también actuaron otras entidades financieras y empresas macedonias durante casi dos décadas. En ese esquema, según los auditores, unas empresas intermediarias servían para canalizar préstamos hacia otras que no calificaban por los estándares bancarios para obtenerlos de manera regular. Concluye el documento que, ante el impago de los créditos otorgados a esas empresas previsiblemente morosas, el sistema se descontroló y provocó grandes pérdidas en los bancos, hiriendo de muerte al Eurostandard Bank.
Al margen de esos hallazgos generales, una nota a pie de página del informe llamó la atención: mientras en los tres primeros trimestres de 2019 el Eurostandard Bank se despeñaba a la quiebra, “clientes de Venezuela” habían depositado 110 millones de euros a través en cuentas del banco, de los que unos 10 millones fueron luego entregados en préstamos a los “clientes más expuestos del banco”.
El informe no ofrece más detalles al respecto, como tampoco aclara cómo estas transacciones se relacionaron con el esquema de préstamos o qué papel jugaron en la quiebra del banco, pero su autor, Drago Kos, dijo en una entrevista ofrecida en 2022 a la prensa local que los 110 millones depositados por los venezolanos, entonces anónimos, parecían haber sido en su oportunidad “absolutamente necesarios para que el Eurostandard Bank siguiera vivo”.
Pero ahora una investigación, adelantada en conjunto por Armando.info, el Proyecto de Reportería sobre el Crimen Organizado y la Corrupción (Occrp, por sus siglas en inglés) y el Investigative Reporting Lab (IRL) de Macedonia del Norte, permite comprobar que no solo ocho empresas representadas por ciudadanos venezolanos fueron creadas en ese país y tuvieron cuentas en ese banco, sino que en el mismo lapso de tiempo fueron creadas otras tres, también por venezolanos y con fines prácticamente iguales. De todo el grupo, cinco de estos venezolanos eran contratistas de Pdvsa además de un exalto funcionario de la junta directiva de la petrolera, ahora en prisión en Caracas.
Los amigos del petróleo
Los nombres de ocho empresas que están detrás de las cuentas señaladas por los auditores fueron filtrados a la prensa en septiembre de 2022 por las autoridades de investigación de Macedonia del Norte.
La presente cobertura periodística encontró que además de esas empresas, otras tres adicionales también con dueños venezolanos, se registraron en Skopje entre 2019 y 2020. De las primeras ocho, cinco registraron la misma dirección en un centro de negocios del centro de la ciudad: Bulevar Sveti Kliment Ohridski Nº 52A. Las otras tres se establecieron en las inmediaciones.
Entre la gama de objetos sociales que las empresas declararon ante el registro mercantil de Macedonia del Norte, muchos coinciden en definir sus propósitos como “consultoría y servicios financieros” o “marketing y servicios”. De resto, sus expedientes no muestran nada diferente al trámite de la incorporación. Ni siquiera incluyen los informes financieros exigidos por ley. Ninguna de estas empresas tuvo ni tiene presencia digital. Tampoco un número de teléfono. Apenas alguna de ellas publica una dirección de correo electrónico.
En el registro figuran 14 personas diferentes como propietarios o representantes de estas empresas: 11 de nacionalidad venezolana, dos españoles y un inglés.
Entre los cinco venezolanos vinculados a la industria petrolera, destaca Luis Enrique Molina Duque, el exvicepresidente de Producción y Exploración de Pdvsa, detenido en octubre de este año junto con otros diez directivos de la estatal petrolera, hasta entonces encabezada por Pedro Tellechea, también arrestado.
Al momento de registrar en Skopje la empresa International Petrochemical Corporation Services, en julio de 2019, Molina Duque se desempeñaba como Director de Planificación y Gestión de Pequiven, la filial de Pdvsa para productos petroquímicos. Molina Duque registró como “dueña” de la empresa en Macedonia del Norte a otra del mismo nombre registrada en Hong Kong, de la que personalmente se declaraba propietario, y que había registrado con una dirección exótica y de conveniencia, un buzón en la isla de Samoa, en la Polinesia del océano Pacífico suroccidental. La empresa de Molina Duque en Skopje tuvo cuenta en el Eurostandard Bank.
Otras tres empresas de Skopje fueron registradas ese mismo año por otros tantos empresarios -aunque dos de ellas sin cuentas en el Eurostandard-, cuyas compañías venezolanas han obtenido, entre todas, casi 100 contratos de Pdvsa.
Uno de ellos es Alejandro Josué Ruiz Mazzeo, quien aparece como el representante en Skopje de una empresa llamada Petrovez, homónima de una empresa venezolana de la que posee 50% de las acciones y en la que figura como director, aunque sin cuenta en el Eurostandard. La venezolana Petrovez obtuvo 40 contratos con Pdvsa entre 2015 y 2019, relacionados con servicios de logística, adquisiciones y otros servicios, según muestran los datos del Registro Nacional de Contratistas (RNC).
Gustavo Alonso Guevara Estaba, empleado de Ruiz Mazzeo en otra empresa venezolana de este, Constructora Conkor C.A., también registró una entidad en Skopje, de nombre Inverfinanzas, el mismo día y en la misma dirección que la Petrovez de Macedonia del Norte. Aunque esta sí abrió una cuenta en Eurostandard, no fue parte del grupo de empresas filtradas inicialmente por las autoridades normacedonias.
Ortega Díaz, que rompió con el gobierno de Maduro en 2018 y huyó de Venezuela para finalmente exiliarse en España, afirmó que de esa manera Constructora Conkor había ganado 59 contratos de subsidiarias y filiales de Pdvsa entre 2003 y 2017 y que, entre estos y otros contratos obtenidos por la empresa Petrovez, amasaron más de 1.000 millones de dólares en ingresos.
Aunque no ha habido verificación independiente y documentada sobre las afirmaciones de Ortega Díaz, lo cierto fue que Ruiz Mazzeo se adelantó a borrar su huella digital en Internet, para lo que contrató a la empresa española Eliminalia.
Ruiz Mazzeo no ha sido formalmente investigado ni por sus empresas en Macedonia del Norte ni por las acusaciones contra Conkor. Pero sí debió enfrentar una acusación por formar parte de una red de blanqueo de capitales. Fue en 2012 en el Tribunal Federal del Distrito Sur de Nueva York, junto con su socio Ramón Koury Guevara. Entonces Ruiz Mazzeo y Koury Guevara se libraron de ese trago amargo tras entregar 350.000 dólares a las autoridades. La investigación del caso se cerró.
Maletines de utilidad difusa
Las denuncias de Luisa Ortega Díaz también han aludido a otro personaje con empresas constituidas en Macedonia del Norte en torno a la trama del finado Eurostandard Bank: Jesús Vidal Salazar.
Axio Financial Services fue creada por el ciudadano italiano con cédula venezolana, Fabio Ghilli, quien nombró como gerente de la entidad en Skopje a Jorge Luis Chirinos Alvarado. Tanto Ghilli como Chirinos formaron parte de la junta directiva de Guarapiche Servicios Petroleros S.A, cuyo dueño es el venezolano Jesús Vidal Salazar, según se constata en el RNC.
En su canal de YouTube, la exfiscal general afirmó que la empresa constructora de Salazar, Constructora Vidalsa 27, también se benefició indebidamente de docenas de contratos gubernamentales sobrevalorados y asignados a dedo, sin licitación. Acusó a Salazar de actuar como testaferro.
Como en el caso de Ruiz Mazzeo, para respaldar la denuncia Ortega mostró algunos documentos cuya veracidad no ha podido confirmarse de forma independiente.
La vinculación de Ghilli con Salazar Acevedo, y también con Pdvsa, trasciende su fugaz pasantía como uno de los directores de Guarapiche Servicios Petroleros. En 2018, Ghilli fue apuntado como director de una empresa panameña llamada Helios Petroleum Services S.A. que, ese año, fue elegida como una de las seis que explotarían el Campo Orocual en un área de la Faja Petrolífera del Orinoco, en el estado Monagas, en el oriente venezolano.
Helios Petroleum Services es parte del Consorcio Helios Vidal, que también es propiedad de Salazar Acevedo.
Otro venezolano, Héctor José Bracho Vivas, creó en Skopje una empresa con el mismo nombre de una que posee en Venezuela, Insumos y Proyectos de Occidente C.A, que obtuvo nueve contratos con Pdvsa entre 2013 y 2017.
Bracho Vivas es copropietario de otra empresa venezolana junto a Denny Jhonny León Chacón, quien también fungió en los documentos hallados en Skopje como gerente de una empresa en Macedonia del Norte, Servicios Insumos y Consultoría, que comparte el mismo nombre con una compañía venezolana que obtuvo al menos tres contratos de Pdvsa. Bracho Vivas y León Chacón comparten titularidad además en una empresa de reciente creación registrada en Florida, Estados Unidos.
Todas esas empresas registradas en Skopje quedaron disueltas de manera reglamentaria, un proceso automático en el registro mercantil de Macedonia del Norte que prevé la clausura de las personas jurídicas que no completen un depósito de 5.000 euros o no presenten su informe financiero. En otras palabras, con objetivos difusos, constituciones casi simultáneas y sin mayor actividad financiera registrada, estas empresas de venezolanos parecen haber sido constituidas para una circunstancia temporal. ¿De qué se trataba?
El experto en sistemas de prevención y lucha contra el blanqueo de capitales, Juan Carlos Torres, identifica en la dinámica que exhibió este anillo de empresas registradas por contratistas de Pdvsa en Macedonia del Norte, algunos indicios de que se trató de entidades “de maletín”, sociedades prefabricadas sin un objetivo comercial claro que, a menudo, mantienen cuentas bancarias para llevar a cabo lo que posiblemente fue una “única operación”.
“Muchas veces pasa que estas empresas existen en carpetas pero no hay operatividad. Mientras el monitoreo lo permite, pasan fondos por un par de años, o hacen una operación puntual, y después las cuentas las dejan en cero y dejan que las compañías mueran, o sea, que se liquiden automáticamente”, explica.
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