La crisis en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Colombia no da señales de bajar. Pese a que Gustavo Petro, el locuaz presidente colombiano, guardó un elocuente silencio, su homólogo estadounidense, Donald Trump, elevó el tono, ya de por sí alto, de sus ataques contra quien definió como un “matón” y un “mal tipo”, después de que durante el fin de semana lo acusara de ser un “líder del narcotráfico”. Lo hizo el miércoles en el Despacho Oval, en una comparecencia ante los medios tras su reunión con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte: “Produce mucha droga”, añadió, sin aportar pruebas sobre la supuesta implicación criminal del presidente colombiano. “Hoy mismo suspendimos todos los pagos a Colombia. Que [Petro] tenga cuidado o tomaremos medidas muy severas contra él y su país”.