María Corina Machado, líder opositora y ganadora del Premio Nobel de la Paz, publicó en sus redes sociales el 18 de noviembre de 2025 el “Manifiesto de Libertad”, un texto en el que recogió los principios y objetivos que impulsan su visión sobre la transición política en Venezuela, y los ideales para su reconstrucción democrática. Un texto de 13 puntos en los que aborda temas como la libertad personal y los derechos civiles, recuperación económica, regreso de los migrantes y la justicia.
“Estos principios nos han unido en esta larga lucha y son los pilares de la nueva Venezuela”, destacó en su cuenta de X. Ciertamente, las ideas expresadas en este manifiesto la han acompañado en gran parte de su carrera política. Machado ha declarado durante años que su objetivo es impulsar una transformación del antiguo modelo “socialista bolivariano” instaurado por Hugo Chávez hace 26 años, hacia una nueva “república liberal democrática”.
Pensar en un gran proyecto nacional para los años posteriores a la salida de Nicolás Maduro del poder es algo en lo que la oposición venezolana ha trabajado por años. Desde las propuestas de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para las campañas presidenciales de Henrique Capriles en 2012 y 2013, hasta el Plan País desarrollado por el Frente Amplio Venezuela Libre durante el gobierno interno de Juan Guaidó (2019-2023). Machado también ha trazado su propia hoja de ruta con el Plan Venezuela Tierra de Gracia, el cual sigue vigente como proyecto de gobierno de Edmundo González, reconocido como presidente electo por la oposición y autoridades de varios países.
Sin embargo, lejos de enfocarse en acciones concretas, el “Manifiesto de Libertad” parece apuntar al futuro como declaración fundacional de una nueva nación que Machado ha asegurado en los últimos días que podría nacer próximamente, mientras el gobierno de Maduro se mantiene alerta con el despliegue militar de Estados Unidos en el mar Caribe.
El mismo espíritu

En su cuenta de X, Juan Mogollón, militante del movimiento Vente Venezuela, indicó que el Manifiesto de Libertad es una “autopsia ideológica” en el que se sintetizan muchas de las bases teóricas con las que Machado construyó ese partido político en el año 2012. Aseguró que gran parte de estas ideas ya estaban plasmadas en textos fundamentales como el cuaderno de formación Pilares Vente, usado para instruir a sus nuevos activistas.
También mencionó el libro Se trata de la libertad (2015), un compilado de ensayos y documentos, en el que destacan sus “Cinco ideas transformadoras” para la reconstrucción nacional, basadas en: I. Un acuerdo nacional para el desarrollo y superación de la pobreza; II. Una economía productiva que sustente el progreso de todos; III. Reconciliación y no violencia; IV. Un Estado al servicio del ciudadano; y V. Una educación para el desarrollo, la democracia y la convivencia ciudadana.

Igualmente, el manifiesto resuena con “El espíritu del 28J: Acuerdo para un gobierno de transformación democrática”, un documento firmado por Machado y el entonces candidato presidencial Edmundo González el 25 de julio de 2024, durante el cierre de campaña de las elecciones. Este se basó en los siete pilares de libertad, unidad, consenso, civilidad, Estado de derecho, reencuentro y sentido de urgencia.
Estos siete pilares se mantienen casi íntegros en buena parte del texto, sobre todo en su preámbulo. “La dignidad es el catalizador que elevará nuevamente los corazones y las mentes de los venezolanos. Inspirará la esperanza y creará un nuevo mundo donde nuestro pueblo se alzará desde esta oscura era de opresión con una sola misión inquebrantable: la libertad”, expresa.
En su momento el acuerdo “El espíritu del 28J” fue suscrito por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la principal coalición opositora que acompañó a Machado y González en las elecciones. Nuevamente, el “Manifiesto de Libertad” también fue compartido por varios partidos incluso con ideologías distintas a Vente Venezuela, como Voluntad Popular, Primero Justicia y La Causa R, además de dirigentes políticos y representantes de la sociedad civil.
“El porvenir pertenece a los valientes”

“Estamos en el umbral de una nueva era, una en la que nuestros derechos naturales prevalecerán. El largo y violento abuso de poder de este régimen está llegando a su fin. Una nueva Venezuela emerge de las cenizas, renovada en espíritu y unida en propósito, como un ave fénix renacida: feroz, radiante e imparable”, resalta el manifiesto.
Desde mediados de agosto, la administración de Donald Trump emprendió una operación especial antidrogas en el mar Caribe. Esto ha llevado a un despliegue militar sin precedentes en la región, a la que recientemente se incorporó el USS Gerald Ford, el portaaviones más grande del mundo, con capacidad para albergar 75 aeronaves y 5 mil tripulantes. Esto, sumado a la actividad de buques destructores, helicópteros y aviones bombarderos superan la última intervención militar estadounidense en Latinoamérica, que sacó del poder al dictador panameño Manuel Noriega en 1989.

Aunque Estados Unidos no ha hablado abiertamente de un plan para derrocar a Nicolás Maduro, tanto Trump como sus funcionarios han barajado la idea, escalando con el reciente anuncio del secretario de Estado, Marco Rubio, de designar a partir del 24 de noviembre al Cártel de los Soles (nombre usado por Washington para acusar a funcionarios y militares del gobierno venezolano) como Organización Terrorista Extranjera. En paralelo, Trump ha mostrado su disposición a conversar finalmente con Maduro, en lo que se puede entender como una invitación a negociar apoyada con la presión de la cuenta regresiva de Rubio y la cercanía del portaaviones Gerald Ford.
Si bien Machado no ha hecho ningún llamado a una invasión militar estadounidense en Venezuela, sí ha manifestado su apoyo al operativo antidrogas, a la vez que ha asegurado que el gobierno de Maduro se encuentra en sus “horas finales”. Precisamente el 15 de noviembre, mientras Trump declaraba que “había tomado una decisión” respecto a Venezuela, Machado publicó en redes sociales un audio en el que instó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a “bajar las armas” y apoyar a la ciudadanía. “Lo que va a pasar ya está pasando. Esa hora decisiva es inminente. La posición que cada uno tome marcará su vida para siempre. La historia, la ley y el pueblo venezolano serán sus jueces”, dijo.
“Todo venezolano nace libre”

En buena parte del manifiesto, Machado apela a la recuperación de una serie de derechos que, a su juicio, los venezolanos han perdido o se les ha condicionado durante los 26 años de gobiernos chavistas. “Ningún régimen, sistema político o tiranía tiene el poder de arrebatarnos lo que es divinamente nuestro: el derecho a vivir con dignidad, hablar con libertad, crear, soñar y prosperar como individuo”.
En los puntos siguientes desarrolla esta idea expresando su apoyo a la libertad de expresión, como “libre intercambio de ideas y del valor de expresarlas”; y a la libertad de reunión, luego de que las últimas marchas convocadas por la oposición en agosto de 2024 terminaran reprimidas por los cuerpos de seguridad del Estado con un saldo de 25 muertos y más de 2 mil detenidos, de acuerdo a organizaciones como Monitor de Víctimas y el Foro Penal. “El latido de la democracia es el derecho a reunirse, a protestar y exigir. La protesta pacífica cívica no amenaza al país: lo fortalece”.

Otro punto fue el derecho al voto, el cual la oposición considera que se perdió tras las elecciones presidenciales de 2024, en las que aseguran que hubo fraude basados en las actas de votación recogidas por sus testigos electorales. En una entrevista al diario El País, Carlos Blanco, uno de los principales asesores del equipo de Machado, indicó que su plan para una eventual transición política en Venezuela contempla como una de sus primeras acciones la “reinstitucionalización” de entidades como el Consejo Nacional Electoral (CNE) para devolver la confianza en el voto y celebrar elecciones competitivas, transparentes y verificables.
“Todo venezolano debe tener derecho a votar con seguridad y sin manipulación alguna. Nuestro voto es nuestra voz colectiva. La voluntad del pueblo debe reflejarse en las elecciones, no el poder de unos pocos. Que las elecciones venezolanas vuelvan a ser símbolo de honor, no de opresión”, acota el Manifiesto de Libertad.
“Regenerar la economía de un pueblo libre”

Uno de los puntos más extensos del manifiesto es el relacionado con la economía. En la última década Venezuela vivió una de las crisis económicas más intensas de la región, con el colapso de su aparato productivo por las políticas de expropiación y colectivización del gobierno de Chávez (1998-2012), la caída de los precios del petróleo y la desinversión en industrias esenciales que llevaron a fenómenos como una hiperinflación de más de 10 dígitos, desabastecimiento de productos básicos y conflictos legales con tenedores de bonos de la empresa estatal Petróleos de Venezuela S.A.
En ese sentido, Machado ha insistido en varias ocasiones en la urgencia de cambio total en el modelo económico del país, incluso desde que fue precandidata presidencial en 2012 con su propuesta de un “capitalismo popular”. En una entrevista para El Diario durante las primarias opositoras de 2023, reiteró su postura de defensa de la propiedad privada, con planes para privatizar varias empresas del Estado, incluyendo algunas consideradas “estratégicas” como la propia PDVSA. También su apoyo al libre mercado, con la atracción de inversión extranjera y apoyo de fondos internacionales.

“En lugar de interferir indebidamente, el gobierno creará las condiciones para que florezca una economía libre y competitiva. La prosperidad de Venezuela depende de la libertad de sus ciudadanos. La historia ha demostrado que cuando el Estado impone su pesada mano sobre el mercado, sofoca el espíritu humano que da genuina vitalidad al crecimiento”, contempla el manifiesto.
También va en sintonía con su proyecto de convertir a Venezuela en el “Hub energético” de la región, aprovechando la inversión privada para recuperar la capacidad de producción de PDVSA y posicionar nuevamente al país en el mercado internacional. “La riqueza de Venezuela nunca más volverá a concentrarse en manos de un solo poder centralizado. Imaginemos una nueva Venezuela líder del hemisferio occidental, convertida en el principal centro energético del mundo: símbolo de independencia e innovación”.
Igualmente, el manifiesto apoya la idea de superar la dependencia del Estado del rentismo petrolero y diversificar su economía en proyectos de agroindustria de alta tecnología, fintech, inteligencia artificial, robótica, minerales estratégicos y defensa. Justamente el 17 de noviembre anunció el Plan de Turismo Sostenible y de Naturaleza, organizado en dos fases y tres etapas a ejecutar en los próximos seis años de gobierno.
Justicia y seguridad

“El futuro de Venezuela exige restaurar la confianza entre el Estado y sus ciudadanos. Esto se logrará promoviendo la defensa legítima, la cultura del respeto mutuo, la responsabilidad y la paz”, afirma el manifiesto, que a su vez contempla una reforma profunda de la Fuerza Armada Nacional y los organismos policiales del país “para que su misión, propósito sagrado y deber constitucional sea defender al pueblo de Venezuela y su territorio”.
Al respecto, Carlos Blanco aseguró a El País que una de las acciones efectivas para controlar el territorio, reestructurar las instituciones militares y policiales, así como de renovar el sistema judicial pasará por un ejercicio de autoridad y confianza. “Esto demanda autoridad fuerte, basada en la Constitución y las leyes, nunca en la arbitrariedad autoritaria. Autoridad y derechos son compatibles.

Afirmó que, basado en los resultados electorales esgrimidos por la oposición, “empleados públicos, policías y militares votaron en una proporción estimada de 70/30 a favor de Edmundo González”, por lo que se apoyarán en ellos para esta tarea. No obstante, reconoció que existen cuerpos señalados por crímenes lesa humanidad o vinculados al narcotráfico y delincuencia organizada, y que requerirán “una intervención”.
Sobre este punto el manifiesto también es tajante: “El clamor de los asesinados, torturados y desaparecidos ha resonado sin respuesta durante demasiado tiempo. Desde que Maduro asumió el poder, más de 18.000 presos políticos han sufrido. Cada uno es testimonio de la brutalidad del régimen (…) El mundo no puede darles la espalda. El régimen criminal debe rendir cuentas. Venezuela solo se levantará plenamente cuando quienes cometieron crímenes de lesa humanidad sean juzgados por la ley y por la historia”.
“La educación debe levantarse nuevamente”

La educación ha tenido un rol fundamental en la visión de Machado sobre el futuro. Ya en el libro Se trata de la libertad, publicado hace 10 años, alertaba sobre la necesidad de “dignificar la labor de los educadores de todos los niveles, y crear para ellos oportunidades de superación a través de un proceso progresivo de mejora de sus condiciones de trabajo”. Actualmente el sueldo de un docente de primaria y secundaria apenas supera los 20 dólares de acuerdo con la Federación Venezolana de Maestros (FVM), mientras que en el caso de los profesores universitarios, algunos escalafones ni siquiera llegan a los $5.
Su visión también contemplaba una reconstrucción del sistema educativo basado en la ciencia y la tecnología, con la participación activa de la familia, la comunidad, sectores productivos y medios de comunicación. Esta idea se repite también en el manifiesto:
“Las escuelas y universidades de Venezuela deben volver a ser el núcleo de la indagación, el conocimiento y el orgullo: la fuerza que impulsa el progreso. Las aulas de una nación son la fuente de su futuro. Debemos empoderar a nuestros hijos para que sean una nación de líderes, innovadores y pensadores, invirtiendo en nuestros educadores, en la tecnología, la innovación y la verdad. Las escuelas y universidades del mañana dejarán atrás, para siempre, la cultura de la corrupción. Las familias, como primera comunidad, son la base de toda educación, inculcando valores, cultivando las virtudes y ofreciendo con su ejemplo cotidiano la formación de ciudadanos honorable”.
“El regreso a la comunidad de naciones democráticas”

El manifiesto cierra con un punto que ha sido central en las últimas intervenciones de Machado: la importancia geopolítica de Venezuela dentro del hemisferio occidental. Desde la llegada de Hugo Chávez al poder en 1998, el país pasó por un cambio drástico de alianzas internacionales, al mantener un estrecho lazo con Cuba que se extendió a potencias como Rusia y China, a la par que las relaciones bilaterales con Estados Unidos se volvían cada vez más tensas.
Con Nicolás Maduro, desde 2019 no solo no existen relaciones diplomáticas con Washington, sino que la posición de Venezuela en Latinoamérica, antes protagónica incluso en tiempos de Chávez y la “ola progresista” de la región, ahora ha pasado a una política aislacionista, incluso con hostilidades hacia vecinos como Guyana y más recientemente Trinidad y Tobago. Esto sumado a las acusaciones de la administración Trump de presuntos nexos entre el gobierno venezolano y países que comprometen su seguridad nacional y la estabilidad del hemisferio, como Irán, Rusia, Corea del Norte, e incluso con organizaciones como Hezbolá, cárteles de droga mexicanos y la guerrilla colombiana.
En este sentido, si bien históricamente Estados Unidos ha mantenido buenas relaciones con la oposición, el gobierno interino de Juan Guaidó abrió la puerta al reconocimiento de más 60 países a la causa democrática venezolana. Esto ha sido más notorio en la región con el apoyo países como Argentina, República Dominicana, Ecuador, Perú y Panamá que reconocen a Edmundo González como ganador de las elecciones, mientras que otros como Chile, Guatemala, Canadá y el bloque de la Unión Europea han apoyado más diplomáticamente los esfuerzos de la oposición por lograr una transición pacífica.

“Esperamos el día de volver al escenario global con transparencia, integridad y propósito. Debemos restablecer alianzas basadas en la prosperidad compartida, la defensa de la democracia, la protección ambiental, el comercio y los derechos humanos. Nos convertiremos en pilar de seguridad democrática y energética en el hemisferio occidental, y en promotor inquebrantable de la libertad en el mundo”, aspira el manifiesto.
Así, mientras los ojos del mundo se posan nuevamente sobre Venezuela con una mezcla de expectativa y preocupación por el despliegue militar estadounidense, las promesas de diálogo rondan los pasillos de la Casa Blanca y el Palacio de Miraflores. Y en la clandestinidad, María Corina Machado conjuga todos sus planes en tiempo futuro: desde recibir su premio Nobel en Noruega el 10 de diciembre, hasta poner en práctica todo lo escrito en el “Manifiesto de Libertad” y el Plan Venezuela Tierra de Gracia.
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