Movilizarse en moto en Caracas es una alternativa rápida y accesible, sin embargo, muchos conductores comienzan a manejar sin instrucción formal, guiados solo por la práctica diaria. La ausencia de formación técnica en el manejo expone a las personas a mayores riesgos en la vía.
Esta realidad fue lo que llevó a la creación de la escuela de motoprevención, un programa orientado a promover la conducción defensiva y el manejo responsable.
Wilvani León, director de la brigada de paramédicos Ángeles de la Autopista y CEO de la escuela de motoprevención, explicó para El Diario que el objetivo del proyecto es ofrecer herramientas prácticas para que los motorizados dominen sus vehículos en distintos escenarios urbanos.
“En Venezuela ocurre que muchas personas quieren aprender a manejar directamente en la calle, en medio de vehículos y peatones, y eso puede significar un riesgo. Lo ideal es recibir orientación de alguien capacitado. Nosotros realizamos estas prácticas en espacios cerrados, donde el usuario puede aprender la técnica necesaria antes de salir a la vía”, expresó León.
La importancia del equipo de seguridad

El especialista considera que uno de los errores más comunes de los motorizados es subestimar el uso de los equipos de seguridad. A su juicio, muchas personas solo se enfocan en la compra de un casco y, en algunos de los casos, sin la certificación correspondiente.
León recomienda optar por productos certificados que cumplan con normas internacionales, como la europea ECE 22.06, la cual garantiza la resistencia y absorción de impactos en distintas direcciones.
“Los cascos sin certificación —comunes en el mercado informal— pueden ofrecer una falsa sensación de protección al no contar con materiales ni sistemas de sujeción adecuados”, acotó el paramédico.
Otro elemento clave, según León, es el uso correcto del casco. Explicó que este es el principal equipo de protección y debe colocarse y abrocharse de manera adecuada. “Más allá de colocarlo, es importante que esté abrochado; de lo contrario, al caer, el casco puede salir despedido y la cabeza golpea el pavimento”, señaló.
El vocero también destacó la importancia de utilizar guantes, coderas, rodilleras y botas altas, elementos que cumplen un papel fundamental en la protección del conductor. “Cada pieza tiene una función específica que aumenta las posibilidades de salir ileso ante un accidente”, acotó.
En el mercado venezolano también ha comenzado a introducirse un modelo de airbag diseñado para motorizados. Este dispositivo se coloca como un chaleco sobre la chaqueta y se activa automáticamente en caso de impacto; se infla en milisegundos para proteger el torso, el cuello y la espalda del conductor. Sin embargo, su uso aún es limitado debido a su alto costo, ya que oscila entre 500 y 800 dólares, y la reposición tras un accidente ronda los 200 dólares.
Para él, aunque cualquier elemento creado para la prevención representa un avance, la realidad económica del país se convierte en una barrera. Sostuvo que muchos motorizados no pueden costear implementos especializados. “Invertir cientos de dólares en equipos de seguridad resulta casi imposible. Por eso nos inclinamos por equipos más accesibles”, dijo.
Maniobras seguras y conducción defensiva

León explicó que el objetivo de la conducción defensiva es que los motociclistas puedan anticipar riesgos y reaccionar de forma segura ante situaciones inesperadas. En ese sentido, el proyecto de motoprevención ofrece cursos que enseñan técnicas para mantener el control de la moto en distintos escenarios, desde calles con tráfico intenso hasta condiciones climáticas adversas.
“Algunas personas desconocen de maniobras básicas, como frenar correctamente en curvas, mantener la distancia de seguridad o sortear obstáculos repentinos”, precisó el representante.
El entrenamiento se realiza en espacios cerrados y controlados, lo que permite a los participantes practicar sin poner en peligro su seguridad ni la de terceros. Durante las sesiones, los motorizados aprenden a reconocer los límites de la motocicleta, fortaleciendo su capacidad de prevención. “No se trata solo de habilidad, sino de anticipación y cuidado constante”, agregó León.
Educación y acceso a cursos de motoprevención

El asesor destacó que el acceso a la educación vial es un factor clave para reducir accidentes de motocicletas, por lo que explicó que la ausencia de formación formal ha normalizado comportamientos de riesgo, como la conducción sin casco o el uso inadecuado de los espacios viales. A su juicio, esto refleja no solo la falta de políticas preventivas, sino también el desinterés de una parte de los conductores por buscar instrucción especializada.
Señaló que todavía predomina la idea de que manejar una moto solo requiere equilibrio y práctica, cuando en realidad implica responsabilidad, conocimiento y preparación constante. “El aprendizaje empírico puede funcionar al inicio, pero sin educación vial no hay conciencia del peligro ni herramientas para evitarlo”, subrayó.
Frente a este panorama, iniciativas como la de motoprevención se presentan como alternativas necesarias para cerrar esa brecha. Su objetivo es ofrecer información y acompañamiento para que los motorizados comprendan que la prevención también forma parte de su seguridad diaria.
La entrada Motorizados en Caracas: por qué los equipos de seguridad pueden marcar la diferencia se publicó primero en El Diario.
