Ante el auge de fármacos como la semaglutida, conocida comercialmente como Ozempic, para tratar la obesidad y el sobrepeso, crece el interés por alternativas naturales para regular el apetito que le permitan a las personas no depender de un medicamento para mantenerse saludables.
El mecanismo que emplea el Ozempic consiste en estimular la producción del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), una hormona intestinal fundamental que envía una señal de saciedad al cerebro, ralentiza la digestión e incrementa los niveles de insulina.
Revisiones científicas recientes detallan que la forma más efectiva y sostenible de impulsar esta hormona es a través de alimentos integrales, es decir, que contengan sus tres partes originales incluso después de haber sido cosechados y procesados: el salvado (fibra), el germen (fuente de grasa y vitaminas) y el endospermo (almidón).
El cuerpo produce GLP-1 cuando la microbiota intestinal (las bacterias del intestino) fermenta ciertos compuestos.
Cuatro tipos de alimentos que pueden estimular la producción de GLP-1
Frutas y verduras: son ricas en fibra y polifenoles, que son el alimento principal para las bacterias intestinales. Su fermentación genera ácidos grasos de cadena corta, el detonante de la liberación de GLP-1.
Legumbres: al igual que las frutas, son fuentes concentradas de fibra que garantizan una saciedad prolongada y un equilibrio metabólico eficiente.
Frutos secos: aportan fibra y polifenoles con alto poder antioxidante, ayudando a controlar el apetito de forma natural.

Grasas monoinsaturadas: alimentos como el aceite de oliva y el aguacate, consumidos con moderación, mejoran la respuesta del GLP-1 y aportan ventajas metabólicas.
Factores más allá de los alimentos
Además de los alimentos que se eligen, es importante cuándo y cómo se consumen para estimular de forma adecuada la producción de GLP-1.
Los estudios sugieren priorizar el consumo de proteínas y vegetales antes que los carbohidratos en el orden de las comidas. Esta secuencia alimentaria potencia la respuesta hormonal de la saciedad y mejora el control glucémico.
El cuerpo metaboliza mejor los alimentos por la mañana y al mediodía, cuando la producción de GLP-1 es naturalmente más alta, por lo que alinear las ingestas con este reloj biológico maximiza sus efectos.

También es importante reconocer que los alimentos ultraprocesados interfieren con el GLP-1, promoviendo el aumento de peso. La alternativa más saludable y sostenible es una alimentación basada en alimentos integrales para fomentar la saciedad y alcanzar un peso adecuado a largo plazo.
Usos del Ozempic y medicamentos similares
En los últimos años se ha popularizado en el mundo el uso del compuesto semaglutida en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y para el control de la obesidad. De estos fármacos, el Ozempic es uno de los que ha ganado mayor notoriedad en el mercado.
Marilin Cordero, directora del posgrado de Endocrinología y Enfermedades Metabólicas del Hospital Vargas de Caracas, explicó previamente a El Diario que el fármaco tiene otras funciones como el retraso de vaciamiento gástrico, la inhibición de la producción de glucagón y disminución de apoptosis de las células beta pancreáticas.
La también jefa del servicio de endocrinología del Hospital Vargas, explicó que los pacientes que usan este tratamiento presentan efectos en el sistema circulatorio permitiendo la reducción de la presión arterial, de la concentración de colesterol total y de los riesgos cardiovasculares.
“Esto lo convierte en una opción más segura para muchos pacientes, especialmente aquellos con hipoglucemias frecuentes”, agregó la especialista.

Otro fármaco que usa como principio activo la semaglutida es el Wegovy, que ha sido autorizado para usarse en tratamientos para reducir eventos cardiovasculares como infartos, ictus o accidentes cerebrovasculares.
Recientemente se conoció que su uso puede ayudar a tratar enfermedades hepáticas como la esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica.
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