La suspensión repentina este sábado de buena parte de los vuelos internacionales hacia Caracas, después de que la agencia de aviación estadounidense (FAA) advirtiera del riesgo de sobrevolar el espacio aéreo venezolano, ha elevado el grado de inquietud ante una crisis de dimensiones aún desconocidas. La alerta, que llevó a aerolíneas como Iberia, Avianca o TAP a cancelar rutas, deja a Venezuela más aislada y expuesta. Un elemento más de la estrategia de presión de Estados Unidos para forzar la salida de Nicolás Maduro. Nadie se atreve a aventurar cuál es el plan de Donald Trump, pero, sea cual sea, su desenlace no será fácil.
