A pesar de los frecuentes barbarismos que dice en sus apariciones públicas y sus actuaciones propias, Mr. Bean, el mandatario venezolano ha demostrado una capacidad casi sobrenatural, que le permitió vencer a Biden, obligándolo a ceder a sus impensables pretensiones.
La clave está en el empresario prófugo que embaucó por millones de dólares a la marina de Estados Unidos y extrajo secretos militares de incalculable valor, y quien se encuentra preso en la sede del SEBIN en el Helicoide.
Conocido como “el gordo Leonard”, este multimillonario y excontratista militar fue extraditado como parte del intercambio de prisioneros entre Venezuela y Estados Unidos, ejecutado con la mayor discreción a solicitud de la Casa Blanca.
El empresario de origen malayo, cuyo nombre verdadero es Leonard Glenn Francis, fue el autor intelectual de un fraude de US$35 millones contra la Marina de EE. UU. Se había fugado de su detención domiciliaria en EE. UU. en 2022.
Los otros diez ciudadanos estadounidenses que se encontraban encarcelados en Venezuela y que también fueron puestos en libertad como parte del acuerdo eran simplemente “actores de relleno” para engañar a la opinión pública internacional.
Francis era realmente el objetivo del acuerdo de intercambio.
Fue detenido en septiembre de 2022, cuando estaba a punto de abordar un vuelo desde Venezuela a Rusia, en su intento de eludir las autoridades estadounidenses.
Dos semanas antes, el empresario malayo se había fugado de su arresto domiciliario en California, donde estaba detenido tras reconocer su participación en un extenso fraude que le costó a EE. UU. decenas de millones de dólares, en el que están implicados varios oficiales de la marina, miembros del alto mando de ese componente militar. Una vez más, Joe Biden quedaría como un viejo incapaz de gobernar y con severas afectaciones cognitivas.
Fraude histórico
Los fiscales determinaron que Francis usó su empresa basada en Singapur, que tenía millonarios contratos para prestar servicio a las embarcaciones de la flota naval de EE. UU., para defraudar a la marina, al tiempo que sobornaba a los oficiales del alto mando naval con dinero en efectivo y regalos.
Los documentos presentados ante un tribunal federal, como parte de su sentencia de conformidad, acusaban a Francis de sobornar a más de 30 funcionarios, incluyendo a más de 20 altos oficiales de la marina para ganar contratos muy lucrativos para su empresa Glenn Defense Marine Asia Ltd, basada en Singapur.
El Departamento de Justicia determinó que distribuyó entre los oficiales navales millones de dólares en regalos, que incluían excéntricos viajes VIP, botellas de vino y whisky de las más caras del mundo, exquisitos jamones de bellota de Jabugo, 100% ibérico y madurados, habanos encargados directamente a Cuba y servicios de prostitución de catálogo.
El empresario también reconoció que había cobrado grandes sobreprecios al Pentágono por servicios inventados, que nunca se ejecutaron. A pesar de que los fiscales afirmaron que el fraude a la marina estaba estimado en US$35 millones, se sabe que realmente fueron varios cientos de millones de dólares y es catalogado como el mayor fraude en la historia de esa fuerza naval.
Francis logró que los oficiales le entregaran documentos clasificados y material sensible —a cambio de sobornos, chantajes y amenazas— a su empresa, que tenía un contrato para reabastecer y prestar servicio a toda la flota naval en Asia.
Francis fue arrestado inicialmente en 2013 y se declaró culpable de haber ofrecido sobornos en 2015.
Oficiales implicados
Inexplicablemente, al empresario se le permitió tener casa por cárcel debido a su supuesto “pobre estado de salud” en ese momento. Según su sentencia, recibiría atención médica para un cáncer de riñón, a cambio de mantener una vigilancia privada y cooperar con el Departamento de Justicia.
Se dice que Francis aportó evidencia incriminatoria contra cientos de funcionarios y altos oficiales de la marina norteamericana.
Francis se convirtió en multimillonario después de los ataques del 11 de septiembre “sobrecargando” sus facturas a la marina de EE. UU.
Francis denunció que decenas de almirantes que estuvieron implicados con él no fueron enjuiciados criminalmente y, por el contrario, fueron encubiertos, lo que desató su ira.En EE. UU. solamente fueron enjuiciados oficiales de menor rango.
Fuga y captura
El 4 de septiembre de 2022, semanas antes de su sentencia, Francis cortó y se deshizo del grillo electrónico que tenía puesto alrededor del tobillo y que monitoreaba sus movimientos.Abandonó su casa y logró cruzar la frontera con México, donde tomó un vuelo a Cuba, pero las autoridades no le permitieron quedarse en la isla. Así que viajó a Venezuela.
Allí, solicitó asilo en la embajada de Rusia en Caracas. Todavía no había recibido respuesta de Moscú cuando fue interceptado intentando abordar un vuelo a ese país el 20 de septiembre de 2022.Estados Unidos buscó reclamar al empresario prófugo, pero con las cercenadas relaciones diplomáticas entre Washington y Caracas, Francis se encontraba en un limbo legal, hasta que se negoció el canje que resultó en su extradición.
Inicialmente, su pena sería de 25 años de cárcel, con una reducción sustancial por haber cooperado con la fiscalía. Pero tras su fuga e intento de burlar a las autoridades estadounidenses, posiblemente no cuente con mucha indulgencia.
Los otros liberados
Haciendo alusión a los otros ciudadanos liberados por Venezuela, el entonces presidente Biden declaró: “Estoy agradecido de que sus calvarios hayan terminado y que estas familias estén completas una vez más”.
La Casa Blanca dijo entonces que entre los liberados se encontraban Joseph Cristella, Eyvin Hernández, Jerrel Kenemore y Savoi Wright.Considera que estos seis de los 10 estadounidenses liberados por Venezuela fueron “indebidamente detenidos”.
La Casa Blanca también reveló que Caracas había aceptado poner en libertad a 20 prisioneros políticos venezolanos, así como al opositor Roberto Abdul, y que se había comprometido a suspender las órdenes de arresto contra otros tres venezolanos.Este no fue el primer intercambio de prisioneros que pactaron Venezuela y Estados Unidos.
En octubre de 2022, el gobierno venezolano puso en libertad a siete ciudadanos estadounidenses encarcelados a cambio de la liberación de dos sobrinos de la esposa del presidente Nicolás Maduro.Bautizados por la opinión pública como los “narco sobrinos”, los dos hombres cumplían sentencias de 18 años por intentar traficar cocaína a EE. UU.
Las relaciones entre los dos países se relajaron aún más cuando Washington suavizó las sanciones contra el país sudamericano a cambio de que el presidente Maduro aceptara a los observadores internacionales para monitorear las elecciones presidenciales posteriores.
Realmente se desconoce el monto real del multimillonario fraude cometido por el empresario Glenn Francis, el gran número de oficiales del alto mando naval y el Pentágono implicados (que podrían llegar a 100), así como el alcance de los secretos militares sustraídos (que comprometen a toda la flota naval norteamericana en el Pacífico) que estarían en manos de los gobiernos de Rusia y China.
Su empresa no sólo tuvo negocios con la Armada de Estados Unidos. También suministraba servicios a las armadas de Reino Unido, Francia, México, India y Países Bajos.
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