El 29/10/2020, el conocido Diario ABC tituló: «Xavier Vendrell, el hombre en ERC que lo sabía todo».
Pasó por la banda terrorista Terra Lliure, se unió a ERC en 1991 y, hasta 2010, tuvo distintos cargos de responsabilidad. Ahora es empresario, con buenos contactos en la Generalitat, pero nunca dejó de asesorar al movimiento independentista. El juez instructor de Barcelona que investiga la posible financiación irregular de Waterloo lo sitúa en la cúpula de Tsunami Democratic». La frase final de la crónica, firmada por DANIEL TERCERO, lo define perfectamente: «Se metió a empresario para exprimir sus «contactos» políticos».
Un día antes, el 28/10/2020, un trabajo publicado en El Confidencial bajo la firma de A. Fernández titulaba: «Vendrell, de Terra Lliure a los negocios: el vuelo imparable del halcón de Esquerra». Se enumeran seguidamente una serie de exitosos y lucrativos negocios en Cataluña con el gobierno autonómico gracias a sus vinculaciones políticas e ideológicas. Se destaca que había logrado posicionarse como intermediario de las empresas catalanas con Colombia. Textualmente: «Cualquier negocio que se quisiera hacer en Bogotá no tenía éxito si no iba de la mano de Vendrell». El alcalde era Gustavo Petro, hoy convertido en presidente, un antiguo socio de Vendrell, especie de almas gemelas porque, cada uno en sus años mozos, participó en acciones terroristas.
Más recientemente, César Alcalá, el 16/07/2024, publicó un reportaje titulado: «¿Quién es Xavier Vendrell, el ‘cerebro’ de Tsunami y ex miembro de Terra Lliure que ha fichado Gustavo Petro?». Su función sería coordinar el Consejo de Ministros colombiano y controlar actividades gubernamentales delicadas. «Vendrell no es un extraño ni para la sociedad colombiana ni para el propio Petro, a quien le unen más de 20 años de amistad, ya que el catalán lleva dos décadas haciendo negocios en Colombia.» Ya era pública y notoria la cercana relación.
En agosto de 2022, Gustavo Petro le otorgó la nacionalidad colombiana, gracias a un decreto exprés. Posteriormente, el presidente le otorgó inmunidad diplomática, para frenar cualquier intento de detención. No en vano, se trataba de dos amigos, y ambos habían formado parte de organizaciones terroristas: Petro en el M-19 y Vendrell en la citada Terra Lliure. En Bogotá, donde fundó la empresa Barcelona Export Group, dirige y ha realizado cientos de negocios que lo han convertido en uno de los empresarios con mayor poder en Colombia, además de enriquecerse. En ese imperio figuran hospitales, hoteles, residencias, apartamentos, complejos comerciales, escuelas… siendo la joya de la corona la Torre Barcelona, en Bogotá: un edificio con 28 pisos y 28.000 metros cuadrados construidos.
Su relación con Petro ha sido incluso más lucrativa que las relaciones con el gobierno autonómico catalán. No solo ha dado pelotazos en Colombia. En Cataluña estuvo a punto de dar uno en la comarca del Maresme. Vendrell poseía un negocio ilegal en Cabrera de Mar que intentó legalizar: Villa Bugatti, que quedó incluida en la Operación Volhov, la operación llevada a cabo por la Guardia Civil para investigar el desvío de fondos públicos para la organización de altercados en el marco del proyecto independentista liderado entonces por Puigdemont. En Villa Bugatti se organizaron comidas, cenas y eventos culturales sin disponer de la preceptiva licencia de actividades. Aquella legalización suponía que los terrenos pasaban de valer 5 millones de euros a más de 10 millones. Todo esto Vendrell lo pudo realizar gracias al trato de favor que le dispensó Enric Mir Nuet, regidor de Urbanismo del Ayuntamiento de Cabrera de Mar. Mir, regidor de ERC, tuvo que dimitir después de que la Guardia Civil encontrara 40.000 euros en metálico en un armario de su despacho en el ayuntamiento. Recordemos que, en aquella operación realizada el 28 de octubre de 2020, se detuvo a 21 personas, entre ellas al propio Vendrell, así como a David Madí, Oriol Soler o Josep Lluís Alay, entre otros. Todos quedaron en libertad después de estar retenidos dos días.
Vendrell también intentó recalificar la finca, promoviendo la modificación del Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM), para posibilitar la construcción de un centro de educación primaria y secundaria dirigido a niños con necesidades singulares relacionadas con la dislexia y trastornos de atención. Este centro lo promovía la Fundación El Brot, de la cual es presidente Vendrell. En la finca anexa a Villa Bugatti, Can Borrás, tenía planeado construir seis edificios de viviendas. Aunque, el 25 de febrero de 2020, el ayuntamiento de Cabrera de Mar, a pesar de la ilegalidad, aprobó la recalificación de los terrenos. La pandemia y la Operación Volhov, por la cual también fue detenido Jordi Mir, alcalde de Cabrera de Mar, frenaron la especulación urbanística de Villa Bugatti. Desde antes de las Navidades de 2023, Vendrell vive en Colombia. Otros huyeron a Waterloo o a Suiza, pero él, al tener la nacionalidad colombiana, decidió ir allí y continuar los negocios abiertos al lado de su amigo Gustavo Petro, quien lo contrató como su asesor.
Las mentiras de Vendrell a los medios de comunicación colombianos:
- «Nunca he sido condenado por corrupción». Falso: La Autoridad Catalana de la Competencia (Acco) sancionó a una de sus empresas por amañar una licitación por 442.000 euros en el Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas (Icam).
- «El Tsunami Democratic fue pacífico, de acuerdo con Vendrell». Falso: Este movimiento estuvo detrás de protestas que se tornaron violentas, como la ocupación del aeropuerto de Barcelona y el bloqueo de una autopista en la frontera con Francia. Estos eventos resultaron en enfrentamientos con la policía, decenas de heridos y varios detenidos.
- Xavier Vendrell: «No avalaron la violencia en la política». Falso: En una conversación de 2018, Vendrell incluso sugirió que para lograr la independencia catalana se necesitarían «cien muertos», mostrando su disposición a sacrificar vidas en aras de su causa, conforme a lo publicado por la fuente señalada.
- «Las interceptaciones en su contra fueron ilegales»: una de las mentiras del catalán. Falso: La Audiencia de Barcelona validó dicho espionaje, al afirmar que se realizaron dentro del marco legal debido a las fundadas sospechas de corrupción.
- «El activista señaló que el asedio a la Corte Suprema en Colombia fue ‘anecdótico’». Falso: Investigaciones periodísticas demostraron que este colectivo estuvo detrás de la organización del bloqueo durante varias semanas, lo que contradice la versión presentada por el catalán.
- «Su pago fue registrado en la campaña de Petro, según las palabras del catalán». Falso: Xavier Vendrell afirmó que los 100 millones de pesos que recibió por su trabajo con la campaña de Gustavo Petro fueron cancelados por una empresa contratada por la campaña, pero la contabilidad oficial de la campaña no registra ningún pago significativo que pueda corresponder a la cifra mencionada por el líder, según lo señalado por el medio en referencia. La falta de transparencia en la contabilidad de la campaña de Petro provocó dudas sobre la legalidad de los pagos realizados a Vendrell.
- «No se les pagó a los testigos electorales sistemáticamente», declaró Vendrell. Falso: El español negó que la campaña de Petro fuera pagada sistemáticamente a los testigos electorales. No obstante, una investigación del Consejo Nacional Electoral (CNE) encontró pruebas de que se realizaron pagos a más de 30.000 testigos electorales en todo el país, a través de plataformas de giros como Supergiros y Su Red. Cabe destacar que la fuente de estos fondos aún es un misterio, lo que sugiere un posible ocultamiento de aportes financieros a la campaña.
¿Quién es el temido ‘Papá Pitufo’?
Diego Marín Buitrago, conocido en el mundo del crimen como «Papá Pitufo, zar del contrabando» en Colombia, logró infiltrar la campaña del actual presidente mediante aportes económicos provenientes de actividades ilícitas. Marín, quien está detenido actualmente en Portugal, esperando su extradición a Colombia, hizo entrega de un maletín con 500 millones de pesos a Xavier Vendrell. Esto era solo una parte de un aporte total de 3.000 millones de pesos que la organización de Marín planeaba entregar a la campaña. La entrega se habría realizado en una mansión en el exclusivo sector de Guaymaral, vigilada por decenas de cámaras. La devolución del dinero se convirtió en una prioridad para la campaña. Petro contactó a Vendrell para que se reuniera con Rodríguez y explicara lo sucedido. En un encuentro en el Café Oma del Parkway, Vendrell admitió haber recibido los 500 millones de pesos y explicó que el acuerdo se había cerrado en una reunión con empresarios de Sanandresito, en la que Petro presentó su política para combatir el contrabando.
Vendrell confesó que ya había gastado parte del dinero y que un militante del Pacto Histórico se había apropiado de 50 millones de pesos. A pesar de estas complicaciones, Rodríguez organizó una segunda reunión con «Papá Pitufo» para coordinar la devolución del dinero, pero no existe ninguna prueba de tal devolución.
Marín mantiene su control sobre funcionarios clave en entidades como la Dian y la Polfa, lo que evidencia el alcance de su red criminal. De hecho, la organización de alias «Papá Pitufo» ha operado durante más de cuatro décadas, estableciendo vínculos con altos funcionarios de distintos gobiernos.
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